Era el dÃa de la loterÃa de navidad… aun siendo un invierno realmente frio, un tozudo "Sol Solet" de ese dÃa, nos dio esa deseada alianza de calor, para poder fanáticamente hurgar con las puntas de los dedos alguna de las paredes de Montserrat.
La consigna era clara: DebÃamos aprovechar al máximo para escalar. Incluso a costa de quedarse sin comer… (pues algunos, por culpa de la lluvia y el frÃo, llevábamos ya más de tres semanas sin tocar pared…)
HECHOS: Pon un millonario de Navidad en tu vida
Ya a las cinco de la tarde, mientras aún escalábamos, Jordi y algunos de sus compañeros empezaron a charlar de lo que harÃan si nos tocara la loterÃa: No faltaban los proyectos de viajes soñado en ir a visitar por fin ese Capitan, imaginándonos también tocando esas mÃsticas paredes de Grecia, vernos compulsivamente comprando de material (mÃnimo seis juegos de friends amenizados con bonitos forros polar de mil colores) e incluso, algunos, el desafÃo de construir ese deseado refugio en Tavèrnoles….
A uno que se habÃa quedado callado en la esquina (el Sr. Eyo) le preguntaron por fin qué harÃa él, si le tocara.
- Yo ahora mismo me hartarÃa de comer pastel. Tengo un hambre que no veas.- Contestó. -Por lo demás… seguirÃa haciendo lo mismo que hago ahora-.
Cuando el sol se escondió, y evidentemente el frÃo ya nos dominó, decidimos ir a comer por fin a un Bar conocido cercano.
Astutamente y con buen humor, alguien del grupo se preocupó para qué, en un momento dado, la posadera del Bar sacara un Pastel.. y claro: El Sr. Eyo Fue Millonario, Juaaaaa.. Comió pastel.. y pues eso… como bien nos dijo… Ahora sigue haciendo lo mismo…
Juaaaaaaaaaa