La situación de esa escalada era muy delicada: Yo estaba asegurando. Él, hacia ya excesivo tiempo que aguantaba de aquellas minúsculas presas. Los dos sabíamos sobradamente que sus fuerzas no soportarían como para dilatar mucho más aquella situación. Debía decidirse ya.
HECHOS: Trinidad y/o trialidad
Lo miraba atemorizado. Él seguía allí, precariamente sostenido “in extremis”, meditativo y deliberante para realizar el paso improbable…
Improbable que no (quien sabe) imposible!
A modo de infundirle un ultimo empuje de confianza y moral (y quizá también a modo de improvisada despedida y epitafio) le grité que siempre me había enorgullecido y gustado escalar con él porqué era un escalador muy equilibrado y completo...
- Lo sé Quo, lo sé- respondió susurrante a la vez que iniciaba un lento movimiento de agacharse valorando la posibilidad de impulsarse lanzándose, a ese dinámico, que nos mandaría a los dos (o volar al abismo o) a triunfar en esa jo-dida vía de escalada...
- En verdad Quo, – añadió - Yo soy Tres en Uno. Tres escaladores en Uno.
Soy un buen escalador. Soy un mal escalador… Y soy el escalador que me creo.
Y justo luego… Zaskaaa!! ¡se lanzó!
De verdad: ¡Aterrador!
Ahora en casa, calmadamente pienso… ¿Tres escaladores en uno? ¿Es eso un consuelo?...
...En fin, No se si me preocupa más su esa malentendida fe en la trinidad… o mi confesa malentendida terrenalidad... Sea como sea, es cierto: Cada uno es como es!
Zaskaaa!