.
Ubicados en un viejo Refugio de Montserrat, se lucían muchos técnicos, listos, entendidos y puretas... Pero cuando el problema se intuyó realmente importante, desde ese mismo refugio se requirió a un prestigioso escalador con un reconocido curriculum de quizá más de veinte reequipaciones de vías clásicas a sus espaldas.
Entre egos, acuerdos, gritos, desacuerdos y humos de peta, el prestigioso escalador nos dictó para todos las directrices de la re-equipación. Nos las dejó reseñadas con rotulador negro en una vieja reseña arrugada… y a nosotros solo nos quedó acatarlas.
HECHOS:
El Sr. Eyo manifiestamente se mosqueó porque se hacia más caso a un prestigioso escalador con taladro anaranjado que a los verdaderos entendidos en montaña. Pero cuando fue a quejarse y vio al patrocinador de la re-equipación firmando los cheques de las nóminas... ...acabó por dejarlo correr…