Hay muchos tiempos:
Los holgazanes matan el tiempo, los músicos marcan un tiempo, los presos pagan con tiempo, los escaladores miran el tiempo, los egiptólogos estudian ese tiempo, los estadistas ponderan el tiempo, los árbitros indican el tiempo, los corredores acortan el tiempo… y algunas tortugas viven más de 100 años. (…perdón por la tontería de las tortugas… no sabía como acabar la frase-reflexión i se me agota el tiempo libre) como veis: Hay demasiados tiempos…
A propósito de las tortugas… creo necesario recordar a todos los que con el tiempo han vivido “in situ” alguna de las crónicas padecidas y escritas por el Sr. Eyo que:
“Los cocodrilos no comen tortugas... pero si hipopótamos”.
Este curioso detalle, como muuuucha gente ya sabe, es un detalle muy importante. Evidentemente no lo es para nosotros, pero si para las tortugas, claro.
Y sinó, preguntad a ellas!
En todo caso, deberemos reconocer que por lo menos, lo de las tortugas, si bien para nosotros de entrada no es importante, a lo mínimo, nos creará un pequeño interés a algo parecido a ¿A que carajos viene eso de las tortugas?, ¿Verdad? Juaaaa
Pues la verdad… no sé que me pasa.. pero últimamente, a falta de tiempo para salir… (los pekes mandan en casa) uno se lee cosas que nunca hubiera imaginado!
En fin…
HECHOS: Crónica del Sr. Eyo.: Tiempo.
El Sr. Eyo pasó puntual a recogerme a las 10 de la mañana tal y como habíamos acordado.
Metí el petate en el maletero del coche así como todo el material necesario para poder terminar de equipar ese proyecto de vía -la cual hacía ya tiempo estuvimos trabajando- y que en su día habíamos dejamos abandonada por falta de tiempo.
Si todo salía según lo previsto, por fin esa misma mañana íbamos a poder clavar con poco tiempo lo poco que nos faltaba para terminar de equiparla: Se supone que tres parabolts y la Reunión.
Así pues, llegamos a la zona. Aparcamos el coche, y tras esos 20 minutejos de aproximación, llegamos al pie de vía, dónde dejamos caer sudorosos los dos pesados petates de material.
Nos sorprendió ver como des de la ultima vez, la zona había crecido en numero de vías, caminos y muchos jóvenes escalando.
Al poco rato de empezar a sacar el material del petate, de detrás de una esquina de una roca, salió un chaval que se encontraba por allí, quien mirando al Sr. Eyo le preguntó:
- ¿Venís a escalar esta via?
- Si.- Respondió el Sr. Eyo.
- Pues habéis escogido una mala vía- Nos contó en tono grave, -A esta vía le faltan seguros y no tiene reunión. Alguien debió quitarlos hace ya mucho tiempo y nadie se preocupó de reequipar.
...El Sr. Eyo, me dirigió su mirada y susurrándome me preguntó:
- ¡Quo!, ¿De verdad hemos tardado tanto tiempo en volver? Oiuxxxx!