Harto conocida es a los montañeros la virtud de la solidaridad. Ejemplo irrebatible es ese momento feliz del atardecer cuando cocinando y repartiendo la comida entre ellos, se rememora lo acontecido durante la jornada anterior.
HECHOS: La montaña no permite errores!
- Oye Quo, que veo que me estas sirviendo una albóndiga menos que tu.
- Si Eyo, es cierto. Pero en el primer plato te he dado dos Frankfurts más que yo, y no te has quejado!!
- Si Quo. Tienes razón. Pero esto es la montaña, eh? Y es que un error se puede permitir… Pero dos ya no.
Aaah!