Hace una semana era Santa Mare de Déu de Montserrat. No voy a volver a explicar que significa el día de la Mare de Déu de Montserrat para alguien que es un escalador nacido cerca de Montserrat, que vive a poco minutos de Montserrat, que escala cada fin de semana sí en Montserrat y que escala cada fin de semana no en Montserrat... y que evidentemente espera morir en…
… las Vegas en un jacuzzi rodeado de media docena de conejitas Playboy... !Ey! Entiéndaseme jolín! Eso es solo no hacer un feo muriendo en Montserrat, eh!
En fin, a lo que iba: Hace una semana era Mare de Déu de Montserrat y ayer fue el día de la madre! El Sr. Eyo no es mal hijo... (tampoco voy a decir que sea buen hijo) se sepa! ...con todo, a pesar de ser un día de especial significancia y de casi obligada atención familiar matriarcal, ese día el hijo Sr. Eyo se lo pasó entero fuera, es decir, todo el día entero escalando en Montserrat.
HECHOS: Día de la Madre
Esa tarde, cuando repicaba aquél juego de campanas del Monasterio, aquél retintineo que indica que justo en una horita ya se cierran todas las tiendas de los suvenirs del complejo, el Sr. Eyo recordó, que quizá seria conveniente -si quería seguir disfrutando de cenitas calientes en casa- comprar algún que otro suvenir o detallito para su madre.
Por ello, aún con el eco de la última campana sonando por el desfiladero de Sant Benet, el Sr. Eyo vertiginosamente ya estaba rappelando –cuasi quemando cuerda por roce con el descensor- hacia el valle y souvenir-shops del monasterio.
…
A la rubia muchacha de la tienda no le hizo mucha gracia ver como yo metía mi bota entre la puerta y el marco… Y cuando la gané empujando fuerte la puerta, y llaves en mano nos colamos los cuatro dentro antes de poder cerrar, menos gracia aún.
La tienda estaba aún llena de peregrinos ordenaditamente colocados en la cola para pagar. Resignada, la rubia muchacha giró la llave y colocándose tras el mostrador con expresón cansada, agenció a la cola para cobrar.
Llevábamos diez minutos buscando algo atractivo… Era difícil la elección: En ambas partes de la tienda solo había figuritas de la “moreneta” Mare de Deu de Montserrat, botellitas de agua bendita, cruces de plata y fotos de Montserrat.
La rubia muchacha de la tienda había ya cobrado y despedido a todos los peregrinos en la caja. Solo faltábamos nosotros… El Sr. Eyo seguía indeciso entre coger una de las figuritas de la Mare de Déu “moreneta” (alegando que su madre era muy devota) o un colgante de cruz de plata… En ese momento la chica cerró las luces.
La situación me recordó mis años estelares de juventud agotando horas y horas en un Pub de la costa hasta cerrar las luces! Era ese el momento que con un giño… te lograbas la rubita a quien con las luces de colores y la música habías camelado durante toda la noche con el sonido de "Culture Club"… ¡Diós que tiempos!
En esa penumbra la rubia muchacha me lanzo una mirada… Una Mirada Sensual… (Sí, lo reconozco, soy un poco desastre en ello: Aun no atino a descubrir cuando una chica me mira mal… o me seduce… (Dice el Sr. Eyo que eso me pasa porque aun nunca me han mirado bien!)
Total, que la expresión contundente de:
- Los señores deberán salir YA. Voy a plegar YA!
Me desencantó… Y realista recaí en ese aciago lugar.
El Sr. Eyo, llevado también por la inercia, cogió una figurita de la “moreneta” … (Tal cual unos años atras, también en un Pub de la Costa Brava, pillabas justo antes de salir, de una mesa cualquier, la ultima botellita de cervecita) la extendió en el mostrador y, sin expresión, la chica la puso en la cajita. La chica la envolvió, y nos cobró.
Rápidamente -pies para que os quiero para correr- salimos a buscar el coche en el parquin, pues era ya muy tarde, la madre de Sr. Eyo nos esperaba para cenar y celebrar el día de la madre…
Cenando, el Sr. Eyo. Hijo ejemplar y con pose distinguida, regaló el bonito suvenir a su mama. Advirtió antes de manera protocolaria que aquella figurita, comprada en Montserrat, era y significaba mucho para él… motivo por el cual solo podía ser otorgada a alguien tan especial, como era su queridísima madre. Todos aplaudimos y les felicitamos…Yeah!, Bieen!, Ouh Yeah! "Plas, Plas Plas!"
Al abrir la cajita, salió…. ¡un Buda! ¿!
Nadie dijo nada… Ferran miró al Sr. Eyo… Como preguntándose si aquello era quizá el tributo a una nueva via de escalada…??
Yo miré al Sr. Eyo… Y no dije nada… no sabía que decir…
Laia levantó la cabeza… Como mirando si había luz en el techo…
Y la madre de Eyo cogió aquella figurita de un Buda… y sin atreverse a preguntar… La colocó.
Y en la entrada del recibidor que está ahora el Buda puesto.
Y así, al presente, cuando voy a recoger al Sr. Eyo para salir a tomar una cervecita en el bar de las cervecitas… Mirando la figurita no puedo estar de preguntar…
-Sr. Eyo… ¿No seria hora ya quizá de que pasaras un día por una óptica para cómprate un par de gafas de cerca?